Tus comentarios son bienvenidos, me gusta leer lo que piensas al respecto, si te gustó, te recordó algo, te hizo sentir algo, etcétera. Tus palabras son un apoyo para que siga escribiendo y también una crítica constructiva para que mejore mis fragmentos. Gracias por leerlos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

No es la idea, es la persona

En nombre de mis compañeras: Claudia, Andrea, Liliana y una servidora, les platicaré un poco sobre nuestra experiencia durante la materia y el curso de verano, para que se den más o menos una idea de cómo funciona el proceso de emprendimiento. 
 
Hace un año exactamente, me encontraba igual que ustedes: cursando una materia que es obligatoria dentro del plan de estudios en un salón donde no conocía a casi nadie. 
 
La primera etapa, que probablemente ustedes ya pasaron, fue formar un equipo. Esta fue posiblemente la decisión más importante que hice para la materia, o mejor dicho: para nuestro proyecto, porque ya sabía cuál era el premio mayor: un curso en Europa el siguiente verano, y en ese momento estaba tan cerca de ganarlo como todos ustedes que están aquí sentados. Es por eso que yo quería ser parte de un equipo al que le importara la materia, que le echara ganas al proyecto y que tuviera como meta de corto plazo ganar ese premio. Unas de nosotras nos juntamos porque ya sabíamos cómo trabajamos, y otras cayeron en el equipo al azar. Lo cual es completamente normal, a veces trabajamos con gente que ya conocemos y otras veces vamos a estar con personas completamente nuevas. Pero esta es la primera recomendación que les hago: independientemente si ya conocen a sus compañeros o no, hagan su mejor esfuerzo y sean un buen equipo, porque al final, pueden ser muy bien recompensados.

Para estas alturas, después de un mes, seguíamos discutiendo la idea de negocio. No estábamos seguras de qué hacer. Pensábamos en ideas que ya existen en otro país, que conocimos cuando estuvimos de intercambio, alguna otra cosa que hubiéramos visto en las noticias o simplemente ocurrencias. Pero ninguna nos convencía. En ese momento nos dimos cuenta que teníamos que limitar nuestra fuente de ideas. Es por eso que decidimos poner sobre la mesa, ideas de negocio relacionadas con nuestra carrera. Es decir, ya todas estábamos en los últimos semestres, conocemos nuestra área a fondo, sabemos muy bien qué cosas ya existen y cuáles se pueden desarrollar a partir de las habilidades que hemos aprendido aquí. Somos casi unas expertas y tenemos todas las herramientas para trabajar en algo real. Y qué mejor que poner en práctica nuestros estudios de estos últimos años. Mi segunda recomendación para ustedes es: trabajen una idea en la que tengan conocimientos. Es muy probable que no todo el equipo esté familiarizado con el tema, pero seguramente será algo interesante que aprender, y durante la elaboración del plan de negocio, créanme que existe y hasta sobra lugar para que todos trabajen.

En nuestro caso, yo diría que encontrar y seleccionar la idea de negocio, fue la parte más difícil del proceso emprendedor. Queríamos crear un producto nuevo y atractivo para clientes e inversionistas, que al mismo tiempo fuera factible, tanto en producción como en economía. Para serles sincera, esta etapa nos costó muchas horas. Pero como resultado encontramos una idea, yo creo que, mejor que la que nos habíamos imaginado. Y una vez que sabes la idea, el camino es el mismo, bastante simple, no hay de otra mas que seguir adelante y empujarlo hacia arriba. Defines la propuesta de valor, lo más importante del modelo de negocios, y a partir de esto empiezas a acomodar el resto del contenido: quién es tu cliente, cuál es tu relación con él, cómo le harás llegar tu producto o servicio, que necesitas para producirlo: actividades, recursos, contactos, cuál es tu estructura de costos y cómo le vas a hacer para ganar dinero. Una vez teniendo la idea central, el resto se saca con lógica y creatividad. Y con esta información, poco a poco se va desarrollando el plan de negocios. Pero para hacerlo, tomen en cuenta que van a necesitar mucho tiempo y van a tener que practicar mucho su paciencia, tolerancia y perseverancia. Es por eso que el proyecto que elijan, les tiene que gustar mucho, apasionarles mucho, porque de ahora en adelante le van a dedicar una cantidad infinita de horas (y tazas de café).

Aprovechen también todas las clases que tengan con su maestro para aclarar dudas o para que les explique un poco más los conceptos que no conozcan. Recuerden que ellos están ahí para apoyarlos y quiere verlos con un trabajo exitoso que puedan presentar y defender frente a cualquier juez. Sus maestros van a ser su apoyo más grande e importante, ellos tienen ya varios años de experiencia y han escuchado todo tipo de proyectos. Cualquier duda que tengan, estoy segura que van a hacer todo lo posible por ayudarles a resolverla, como sucedió muchas veces, con nuestro caso. Recuerden que este proyecto se hace también con una red de contactos. Busquen apoyo de otras personas o maestros que los puedan guiar para encontrar información útil, por ejemplo, para hacer un análisis de la industria o bien, alguien que les ayude a interpretar indicadores financieros. Apóyense en la gente que conocen, porque casi siempre tienen algo valioso que aportar.

Todavía recuerdo cuando nos avisaron que pasamos a la muestra empresarial. Estábamos muy emocionadas porque fue la primera vez que alguien, fuera de nuestra red de contactos, leía el proyecto y le gustaba. Le dedicamos creo que un par de días enteros para tener toda la información lista: una presentación de Power Point, el poster, el pitch, la decoración del stand, en fin. Llegó el mero día y estábamos entre un mar de stands de proyectos emprendedores. Y para serles sincera yo me sentía nerviosa, porque, a pesar de saberme nuestro proyecto de memoria, por todas las horas que había trabajado en él, esta era la primera vez que iba a hablar frente a un juez o inversionista. Y lo que fuera que dijera, sería decisivo para dejarnos o no pasar a la siguiente etapa. Pero después de dos o tres veces de exponer, las siguientes ya nos salían como una plática natural. Después de todo, los inversionistas van para escucharte, unos incluso nos hicieron recomendaciones. 

Yo les voy a decir unas cosas que a los inversionistas les gusta escuchar, para que tomen nota.

Primero: les gustan las ideas que causen un cambio positivo en el entorno. Así que les recomendaría plantear una idea de negocio que solucione un problema.

Segundo: creen su proyecto con identidad mexicana. Nosotros tenemos las herramientas y capacidades para volver realidad una idea que provoque un cambio positivo, y quien mejor para recibirlo que nuestro propio país.

Tercero: piensen en grande. Una idea de negocio es más atractiva cuando puedes abarcar un gran mercado o un mercado valioso.

Cuarto: estudia tu proyecto. Piensa en las posibles preguntas que un inversionista te haría y prepárate para todo. Ellos quieren escuchar que eres un experto en tu tema.

Quinto: convéncete de que tu proyecto es el mejor. Apasiónate con tu proyecto, demuestra que tu idea tiene un futuro brillante. Porque los inversionistas, más que una buena idea, quieren ver cómo te brillan los ojos cuando hablas de tu idea de negocio. A un inversionista no le interesa de dónde sacaste la idea, si la inventaste tú, si la trajiste de otro país, no importa. Claro que tener una buena idea de negocio es importante, pero más que invertir en eso, el inversionista está invirtiendo en ti. En ti como persona, con pasión, con liderazgo, con convicción, con ganas de crecer, con ganas de sobresalir, con ganas de hacer un cambio, con ganas de enseñarle al mundo algo nuevo y bueno. Eso es en lo que invierten. Y la única manera de convencerlos a ellos, es convenciéndote a ti primero. Es lo único que necesitas hacer. Porque tú, en este momento ya tienes todas las herramientas, capacidades y habilidades para hacer cualquier cosa que te propongas. Lo único que tienes que hacer es creer en ti mismo y ser tu propia motivación. Porque ellos van a premiar el espíritu que quiera hacer realidad la propuesta de negocio.

Nuestro proyecto fue premiado por FRISA quienes nos dieron una beca completa para estudiar este verano en la escuela internacional de negocios de la universidad de Jönköping en Suecia, la cual está catalogada como una de las escuelas líderes a nivel mundial en el tema de emprendimiento. Y por lo que a mí me tocó vivir, estoy convencida de que sí fue una experiencia excelente que enriqueció aún más nuestro proyecto.

En la clase éramos unas 23 personas, tanto de México como del Reino Unido, Turquía, Inglaterra, Estados Unidos y Suecia. Y en cuatro semanas tuvimos maestros de todas partes del mundo: Italia, Alemania, Holanda, Grecia, Sudáfrica, en fin. Todos tenían una excelente preparación y disfruté cada una de las clases porque siempre teníamos un maestro experto en su tema. Ya sea para mercadotecnia, finanzas, etc. Y no solo la preparación de cada uno de ellos, sino la experiencia y los puntos de vista con las que nos planteaban situaciones nuevas. 

Básicamente el curso consistió en los mismos temas que vimos durante la clase de emprendedor. Pero también tuvimos talleres para entender mejor cómo aplicar los conceptos. Y una cosa muy importante que noté, es que nuestros maestros allá nos ponían cualquier ejemplo como un producto o servicio. Y haciendo un buen modelo de negocios, ya tenían algo que podían vender y que fuera exitoso. No estoy diciendo que el proceso de emprender sea fácil, para nada. Necesita mucho esfuerzo y va a pasar mucho tiempo antes de que podamos despegar con nuestra idea. A lo que me refiero es, no se quiebren la cabeza buscando vender un producto o dar un servicio que nadie jamás en la vida se le ha ocurrido antes. Porque un negocio puede salir de algo innovador, pero también puede funcionar simplemente proporcionando algo útil.

En el curso también tuvimos la oportunidad de ver temas que, por falta de tiempo, es algo que no se cubre en nuestro curso de emprendedor aquí en el Tec. Uno que me gustó mucho fue de cómo hacer un pitch. Porque para vender nuestra idea, nosotras tuvimos que aprender a dar toda la información importante y relevante en lo que dura una persona subiendo en un elevador, es decir, uno o dos minutos. Imagínense resumir su plan de negocios de casi cien páginas a una plática de un minuto. Pareciera casi imposible pero nosotras lo pudimos hacer. Y eso es algo que ustedes van a aprender también.

Recuerdo mucho también a nuestro maestro de Sudáfrica, a él le tocó darnos una clase sobre emprendimiento social y ese es un tema que no lo puede dar una persona que ha vivido toda su vida en un país de primer mundo como es Suecia, porque trata acerca de realizar una actividad económica cuyo objetivo sea beneficiar a las personas que tienen menos oportunidades. En Suecia es un caso que no se da mucho pero, al contrario, en México sería una idea interesante que desarrollar. Por eso, la diversidad cultural le agregó aún más valor a la experiencia que tuvimos mis compañeras y yo. Es una situación que te abre el panorama, te plantea la situación en la que vives y te da una idea para mejorarlo. El simple hecho de haber estado en Suecia cuatro semanas y poder vivir su calidad y estilo de vida, fue un aprendizaje increíble y una oportunidad única.

Y nuestra experiencia aquí en la incubadora de empresas ha sido excelente. Estamos trabajando con un asesor que ya tiene experiencia en el área y a veces eso es justamente lo que necesitas. Hablar de tu proyecto con una persona en quien puedas confiar y te de retroalimentación y consejos valiosos. A nosotras nos ha servido mucho trabajar con ellos, porque nosotras estando pensando en el proyecto todo el tiempo, a veces nos ciclábamos y sentíamos que se nos acababa el mundo. Pero nuestro asesor nos brinda un excelente apoyo y lo más importante, nos da dirección o una guía para saber cuál es el siguiente paso. Después de todo, nosotras también somos novatas en el área de emprendimiento y queremos tener un negocio exitoso.

Después, regresando del viaje, ni siquiera nos dimos cuenta en qué momento el sueño o la competencia se volvió en algo real. El avance se fue dando naturalmente y, a menudo, esto es lo que pasa cuando fluyes en el río correcto. Miras el paisaje y te das cuenta que todo tiene sentido y está en armonía con tus intereses. A pesar de que nunca lo hayas considerado así. Personalmente, yo vengo de una familia trabajadora. Mi padre es empleado en una empresa y obviamente la primera recomendación que me hace es “cuando te gradúes, encuentra un empleo”. Porque esa es la manera en que vive, la manera que conoce. Y mi caso seguramente es el caso de algunos de ustedes. Claro que tener un empleo también es algo muy bueno. Pero en este momento nosotros nos estamos dando cuenta de que tenemos varias opciones en la vida y tenemos la libertad de tomar la decisión que más nos guste y mejor se acomode a nuestro plan de vida. El privilegio que todos tenemos de estar aquí ahora, nos permite abrir nuestro panorama a un mundo de posibilidades. Y no quedarnos estancados con las mismas ideas de siempre, sino reflexionar: “¿qué más puedo hacer yo?”.

Y una vez que hayan encontrado la respuesta y decidan ser emprendedores como mi equipo y yo, lo más importante que necesitan es tener pasión por su proyecto. Y créanme que esta actitud, les va a abrir muchas puertas.

Y por último, les dejo una frase de Walt Disney: “Puedes crear, soñar y diseñar lo más hermoso en el mundo. Pero las personas son las que convierten un sueño en realidad.



Scarlett Elizondo