Inspirado en “El amor,
el sueño y la muerte en la poesía mexicana” de Jaime Labastida.
Tus comentarios son bienvenidos, me gusta leer lo que piensas al respecto, si te gustó, te recordó algo, te hizo sentir algo, etcétera. Tus palabras son un apoyo para que siga escribiendo y también una crítica constructiva para que mejore mis fragmentos. Gracias por leerlos.
viernes, 11 de febrero de 2011
Escrito
Encontré el amor en
las repisas empolvadas de un viejo pasillo. Miles de palabras agrupadas en
hojas amarillas de emociones y duras del tiempo largo y recurrente. Pastas
rotas por manos ásperas buscando reemplazar la realidad por lo absurdo. Apuntes
y notas como si dentro hubiera consejos. Yo sólo encontré amor. Amores
correspondidos y amores rechazados pero ninguna página se atrevió a contener el
secreto de cómo llegar a él. Ningún espacio entre las líneas me reveló el
antídoto para este corazón angustiado. El amor estaba plasmado de la peor forma
de todas: escrito. Tan corto, tan plano, tan… incompleto. Es que todavía no
entendemos que el amor no existe entre las palabras ni entre los sonidos. El
amor existe entre la gente y quien quiera ponerlo de otra manera no sabe nada
sobre ello. El amor es la máxima expresión de una persona… y si supiera más
sobre eso, seguiría escribiendo (aunque escrito el amor es nada).
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